El macizo de Les Corberes, en el límite septentrional de la Catalunya Nord, entre Fonolledes y el Rosselló, es un conjunto de montañas ásperas y de mala huella por rocosas, pero que regalan excelentes vistas gracias a su situación. No son de mucha altura, pero desde sus cimas se domina toda la llanura del Rosselló, gran parte del Mediterráneo (con el cap de Creus como gran dominador) y la zona lacustre de Leucate, así como el Canigó y otras montañas del Pirineo y de poniente.
Las llanuras de las que emerge esta sierra, y más concretamente la parte de levante, están llenas de plantaciones de viñedo, en la zona vinícola del Languedoc-Roussillon, según Wikipedia la denominación de origen que mayor cantidad de vino, de calidad , aporta a la producción de vinos franceses. Para acceder a sus propiedades, los viticultores han creado una extensa red de pistas y caminos por donde es fácil preparar recorridos para subir a la cresta de la sierra, pero parece que este sector no es tenido en cuenta por el colectivo excursionista.
Después de consultar diferentes medios, tanto de la banda de aquí como de la francesa, vi que una gran mayoría, si no todo el mundo, prefiere caminar por el sendero señalizado que hace el bucle por el planal del Eixartell, el còrrec dels Collets y vuelve por la Serra y el paso de l’Escala, y evita todo el entramado de pseudo-carreteras y pistas de grava que surcan los campos a los pies de la vertiente este de la montaña así que yo, fiel a mi talante, me centré en este lado, huérfano de propuestas, aunque finalmente sí encontré una.
Se haga por dónde se haga el recorrido, la dureza está asegurada. La propuesta que yo hago todavía pide un recorrido más largo por las rocas de las cotas altas, ya que cojo el camino señalizado, que parece una variante del GRP Tour des Fenouillèdes, en el trauc del Caball, un evidente collado donde caen las puntas más agrestes de la sierra. Lo hice así con la esperanza de poder hacer el recorrido a pura cresta, pero sobre el terreno me desdije, no por imposible, ya que se ve factible, pero el hecho de ir, como siempre, en solitario y que las piernas flojas y la cabeza ganaron a las ganes y al corazón, me dejé llevar por el camino pintado, que evita siempre la cresta, aunque no la tensión de ir calculando bien el próximo paso, no sea que se mueva la piedra que pisamos o metamos el pie entre rocas.
Muy cerca de esta cima de la Serra hay otra, más al noreste todavía, que es el Montolier de Perellós, y un poco más al sudeste, en Talteüll, la Torre del Far. Estas dos cimas son bien visibles desde la Serra y quizás habrá quien se plantee hacer las tres el mismo día, porque la aproximación es fácil hasta muy cerca de la cima y se pueden plantear cortos recorridos para subir, aunque no sea ésta la filosofía del reto.
Este territorio está lleno de cuevas y simas, gracias a la naturaleza kárstica de la montaña, siendo el máximo representante de estas cavidades la Caune de Aragón, lugar donde se halló el cráneo y otros fósiles del conocido como hombre de Talteüll .
Yo empiezo a caminar en el caserío del Pas de l’Escala (hameau du Pas de l’Echalle), de Vingrau. Lo hago desde la confluencia de la calle Garric (rue du Chêne Kermes) con la calle Alzina (rue de Chêne Vert), pero también se puede subir un poco más arriba, hasta el cruce de la calle Farigola ( rue du Thym) con el camino del valle Oriol (chemin del vall Oriol), porque tal y como se plantea el recorrido, el regreso se hace por este último. También se puede aparcar lo más cerca que se pueda de la parada del autobús, frente a la calle del Romaní (rue du Romarin) porque si se hace el recorrido, de subida o bajada, no importa el sentido, por el sendero señalizado, éste puede ser un buen sitio de inicio.
Referéncies aproximadas de los puntos de paso
paradas incluídas
Punto de paso | Longitud E | Latitud N | Tiempo parcial | Tiempo acumulado | Altura metros | Distancia parcial | Distancia total |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Gite Villa Kéona | 2.8009201 | 42.8501050 | 00:00:00 | 00:00:00 | 278 | 0 | 0 |
Inicio sendero | 2.8038039 | 42.8511431 | 00:05:30 | 00:05:30 | 285 | 372 | 372 |
Cambio pista Mas Gènègals | 2.8065039 | 42.8535389 | 00:07:48 | 00:13:18 | 274 | 516 | 888 |
Cruzar pista | 2.8053801 | 42.8588450 | 00:11:47 | 00:25:05 | 268 | 786 | 1.674 |
Enlace pista | 2.8161870 | 42.8677940 | 00:26:50 | 00:51:55 | 204 | 1.636 | 3.310 |
Cortal del Remolí | 2.8149970 | 42.8818320 | 00:29:49 | 01:21:44 | 250 | 1.989 | 5.299 |
Trauc del Cavall | 2.8026090 | 42.8847469 | 00:40:28 | 02:02:12 | 422 | 1.818 | 7.117 |
Cima de la Serra | 2.7939250 | 42.8738250 | 01:11:45 | 03:13:57 | 550 | 1.765 | 8.882 |
Separación caminos | 2.7937170 | 42.8654520 | 00:51:08 | 04:05:05 | 573 | 1.188 | 10.070 |
Dejar camino | 2.7945580 | 42.8562091 | 00:21:59 | 04:27:04 | 435 | 1.160 | 11.230 |
Dejar camino | 2.7947010 | 42.8549880 | 00:03:02 | 04:30:06 | 400 | 180 | 11.410 |
Pista | 2.8010230 | 42.8550680 | 00:11:25 | 04:41:31 | 315 | 640 | 12.050 |
Calle Farigola | 2.8014671 | 42.8514290 | 00:05:36 | 04:47:07 | 286 | 430 | 12.480 |
Gite Villa Kéona | 2.8009201 | 42.8501050 | 00:05:54 | 04:53:01 | 278 | 200 | 12.680 |
Ficha técnica
Datos obtenidos del análisis Ibpindex de un track grabado con un GPS TwoNav Terra
- Toponimia: la del IGN francès
- Punto de inicio: Gite Villa Kéona
- Itinerario señalizado: parcial
- Tipo de actividad: senderismo
- Fuentes de agua: no
- Dificultad física: moderada
- Altura máxima: 574 metros
- Pendiente media de subida: 7,96%
- Cartografía: TOP 25 Série Bleue France
- Como llegar: ver en Google Maps
- Tipo de terreno: pedregoso
- Tipo de recorrido: circular
- Tiempo parado: 1 hora 6 minutos
- Dificultad de orientación: moderada
- Altura mínima: 204 metros
- Pendiente media de descenso: 7,80%
- Mapa:2547OT Durban-Corbières
- Accesibilidad: se llega con vehículo normal por carretera asfaltada
- Itinerario hecho en sentido: antihorario
- Tiempo caminando: 3 horas 46 minutos
- Obstáculos: Camino de roca
- Ascenso positivo: 585 metros
- ibpindex: 51 consultar documento
Reseña del recorrido
Así lo viví yo el día 20 de febrero de 2023, fecha de realización del recorrido.
Empiezo a caminar en sentido norte por la calle del Garric, paso de largo la calle del Romaní y llego a la calle de la Farigola. Tomo ésta y camino ahora en sentido este, hasta su finalización. Una línea de matorrales y una valla me cierran el paso. Sigo la valla en sentido norte hasta encontrar su finalización y el nacimiento de un sendero que me permite bajar al campo que hay delante de mí, unos metros más abajo. Este sendero va siguiendo la valla, que me acompaña por mi derecha, y termina en una antigua pista de acceso a un par de campos. El viejo rastro sigue entre estos campos y me lleva a otra pista, también vieja, por la que llego a otra pista, ahora de grava, que me hace pasar entre el Mas Génégals y el Museo de Marcel Gili. Unos metros más adelante llego a un desvío.
Dejo la pista de grava, que enlaza con otra pista, ya pavimentada, y continúo por la izquierda, en sentido noroeste, por pista todavía de tierra. La traza me lleva a andar entre viejos campos de cultivo, ahora abandonados, paso por el cortal de Les Cabres y llego al encuentro de una pista, de nuevo de grava. Al otro lado, en el mismo sentido de la marcha, sale un sendero que tomo, para continuar entre un campo de viñas y el margen de la montaña, y salir así a una nova pista, por la que sigo en sentido noreste. Al cabo de pocos pasos veo a mi izquierda, al margen del camino, una pequeña caseta y otra pista que sigue, en ascenso, en sentido noroeste. Serviría a la causa, pero sigo por la pista por la que voy, da una curva a la derecha, paso el lecho seca del Róbol, y empiezo a ver, a lo lejos, el perfil del castillo de Salvaterra, o de Ópol , y después la bola del radar meteorológico de la sierra de Perellós, instalado en la cima de montolier de Perellós.
Un largo trayecto en sentido mayormente noreste, me lleva, después de dejar de lado desvíos hacia campos de viñedo, a una nueva pista. Lo cojo en sentido noreste. Ya hace rato que veo mi próximo destino, el Trauc del Cavall, un evidente collado que destaca a mi izquierda. La pista va remontando el cauce seco de un viejo arroyo, que llevo a mi izquierda, finalmente llego a un punto donde la pista parece continuar recto, en sentido noreste, pero no es ésta la traza que necesito así que sigo por la izquierda, en principio por rastro difuso.
Según voy adelantando, la pista se hace más evidente. Me hace andar entre campos de viña, donde empiezo a saludar a los propietarios, que se encuentran ya en pleno trabajo de preparación de los viñedos. Haciendo largos zigzags llego al cortal del Remolí, más adelante, al poco, dejo por la derecha un sendero que continúa en sentido noreste, en busca de los cortales de Drilles y continúo por la pista, en sentido suroeste, en busca del cargo del Trauc del Cavall. La pista se desvanece mezclada con el campo, pero un hito, crucial, marca el nacimiento del sendero que, estrecho y flanqueado por coscojas, me lleva a una nueva pista, aquella que no tomé allí cuando crucé el Róbol.
Primero en sentido noroeste y después noreste, cruzo otra vez el imperceptible còrrec del Trauc del Cavall y la pista vuelve a desaparecer cuando hay que girar a la izquierda. Ahora sí el sendero, con el arroyo a la izquierda, y flanqueado por estructuras de madera que parecen atalayas por los cazadores, me sube, entre rocas, piedras y matorrales, al collado del Trauc del Cavall. Veo que por aquí, al otro lado del paso, con una trepada que parece de moderada dificultad, vista desde abajo, podría subirme a la cresta, pero el cansancio (no sé qué me pasa hoy que no tiro mucho) me hace pensar en buscar otro sitio, con menos dificultad.
Vuelvo atrás unos pocos pasos, hasta encontrar el sendero, con señales de pintura amarilla, que me permite escabullirme por debajo de la cresta. El camino es duro, lleno de rocas y piedras, que hace que andar sea complicado. En un constante sube-baja voy avanzando, pero nunca llego a la cresta, aunque un par de veces lo intento, pero lo cierto es que sin mucho convencimiento, estoy cansado y quiero llegar a la cima. El camino no tiene pérdida, ya que no hay otras alternativas que ir en sentido suroeste, ahora por este lado de la carena, ahora por el otro, ahora en subida, ahora en bajada. También ayuda mucho el hecho de que las señales, de pintura e hitos, están muy presentes.
Después de un largo recorrido llego a un lugar donde confluyen los caminos que llevo, el que baja a Vingrau por el refugio del còrrec dels Collets y el que gira en busca de la cima de la Serra, que continúa por mi izquierda, en dirección a un gran y evidente cairn. Ahora el camino se hace aún más pedregoso, de roca descarnada. Así llego a vislumbrar, por fin, la cima, o mejor dicho, las cimas. Se ve una primera cuerda, que según el mapa o escala que se consulte, es la cima de la Serra, pero afinando la vista, detrás de esta primera llanura, se ve otro pincho que despunta un poco más. Según las coordenadas de la FEEC, aquella de allí al fondo es la que interesa. A la primera se llega bien, aunque no me desvío, a pesar de tenerla allí mismo. Tampoco cuesta mucho llegar a la cima buscada, a pesar de un nuevo sube y baja para ir. Una vieja estructura de hierro oxidado, caída en el suelo, es la que marca la cima, o eso hace pensar la gran cantidad de fotos que retratan ese desecho.
Este tramo del recorrido, desde el gran cairn hasta la cima, me ha sacado el mal gusto de no haber realizado el recorrido por la cresta. Ya en la cima no me arrepiento. Tampoco las vistas me dejan pensar en otra cosa más que en disfrutarlas. El horizonte disponible es muy amplio, y me resulta difícil poner nombre a todo lo que veo pero solo con lo que conozco ya tengo un buen pasatiempo. Aprovecho la estancia para recuperar fuerzas, antes de continuar. He andado 10,3 km hasta aquí, según el GPS, así que se me ha hecho muy largo, razón de más por no tener prisa para bajar de esta atalaya.
Cuando el cuerpo comienza a enfriarse es momento de ponerse de nuevo en marcha. El camino sigue claramente señalizado y también se ve perfectamente el destino. Después de un buen trayecto, ya casi a media bajada, encuentro otro rastro de hitos que dejan el camino con pintura amarilla, que es el que en principio quería utilizar, y que desciende al punto de salida del paso de l’Escala, por donde pasan muchos de los recorridos reseñados en Internet.
Yo soy de los que procuro no dejar pasar estas alternativas, así que me desvío del recorrido previsto y me dejo guiar por un montón de hitos que muestran un estrecho sendero por el que parece que volveré a conectar con el sendero principal, pero mira por dónde, cuándo ya tengo claro que unos metros más adelante está el camino con la pintura amarilla, veo otro, mucho más precario que el que llevo, que gira de nuevo a la izquierda, con una orientación que me hace pensar que me va a llevar a buen puerto, así que, ¡hala! De nuevo a ver qué me encuentro.
Si hasta ahora me han guiado un montón de hitos, ahora todavía son más cercanos unos de otros, y suerte de ello, porque el sendero es complicado de seguir. Son muchas las piedras amontonadas, pero aún se necesitarían más porque en un par de lugares me hice un pequeño lío. Finalmente, salí a una pista por la que, en sentido sudeste, llegué a los edificios del diseminado. Ya por calle pavimentada llego al cruce de las calles de la Farigola y del Garric así que, por esta última, llego de nuevo al sitio donde he aparcado.
Mapa con el track y el perfil del recorrido
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